Saltar al contenido

septiembre 2014

Relato corto: EL ÚLTIMO BASTIÓN

  • por

EL ÚLTIMO BASTIÓN

Soy un privilegiado, soy plenamente consciente de ello. Es evidente que la Naturaleza me dotó de una constitución envidiable, y prueba de ello son los noventa y siete años que llevo cumplidos, sin achaques físicos de importancia. No es mérito mío, en realidad. Nunca fui especialmente diligente cuidando mi cuerpo. Me dediqué toda mi vida a cultivar todos los placeres que me atrajeron, sin mediar reparo en sus consecuencias. Y ni los excesos de mi juventud ni la falta de cuidado en la madurez parecen haber hecho mella en mi carne, o al menos no en demasía. Nunca viví como hipocondríaco ni me preocupó prevenir dolencias futuras o futuribles. He vivido cada día como si fuese el último, pero en el sentido del disfrute, no con el ansia de lo que se acaba. Y conforme pasaban los años más todavía, a la vista de lo que iba ocurriendo a mi alrededor. No me arrepiento de nada.Leer más »Relato corto: EL ÚLTIMO BASTIÓN

Relato corto: UN MUNDO DE RABIA

  • por

UN MUNDO DE RABIA

El gigantesco bárbaro entró atropellada y velozmente en su cabaña, dando tumbos y golpeándose el hombro con una de las jambas de la puerta. Recuperando el equilibrio, la cerró de un puntapié y con pasos lentos e irregulares, jadeando, se dirigió hasta el pilar de madera más próximo en el fondo de la cabaña, donde apoyó la frente y el hombro derechos, en un gesto de agotamiento infinito.

Vestía únicamente un taparrabos de piel de zorro y una pelliza hecha con velludas pieles de cabra, entre las cuales sobresalían sus abultados músculos. Calzaba unas sencillas sandalias de cuero atadas en torno al tobillo. Estaba totalmente cubierto de polvo y sudor, y un reguero de sangre se derramaba por su espalda desde el punto donde sobresalía el astil de una flecha que atravesaba su hombro izquierdo. Y en el oscuro interior de la cabaña un niño lo miraba con unos ojos abiertos como platos.Leer más »Relato corto: UN MUNDO DE RABIA

Relato corto: UNA TAZA DE DESESPERACIÓN

  • por

UNA TAZA DE DESESPERACIÓN

– Vacía, ¿lo ve usted? ¡Está vacía!

– Tranquilícese, muchacho. Es evidente que está vacía. Necesitamos que se tranquilice y nos explique las cosas con calma. Tenga, eche un trago – le aleccionó el Inspector, acercándole la petaca de brandy.

El chico recobró algo de color. Era delgado y moreno, con el cabello muy negro y muy despeinado. Bajo el moreno traslucía una intensa palidez que se iba recobrando poco a poco.Leer más »Relato corto: UNA TAZA DE DESESPERACIÓN

Relato corto: EL SUEÑO

  • por

EL SUEÑO

Hace quince días que estoy muerto. Por supuesto, nadie lo sabe, porque sigo comiendo, bebiendo, respirando y muchas más cosas que no suele hacer un muerto. Continúo yendo a trabajar, visito a mis amigos y a mi familia, organizo fiestas y nadie sospecha nada. Pero la realidad es que estoy muerto. Del todo.

¿Cómo es posible eso? Muy sencillo: mi propio cuerpo todavía no lo sabe. Y no es que me haya convertido en un zombi ni un vampiro ni ningún otro engendro mitológico. Nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que tengo la absoluta convicción de que es así, y aunque mi cuerpo no lo acepte (pues sigue realizando sus funciones vitales con la misma disciplina de que siempre ha sido capaz), tengo la certeza absoluta de mi muerte. Desde hace quince días. Desde que tuve el Sueño.Leer más »Relato corto: EL SUEÑO

Relato corto: COLMILLOS DE FUEGO

  • por

COLMILLOS DE FUEGO

La puerta del bar se abrió. Una cascada de luz dorada se vertió sobre el oscuro empedrado de la callejuela mientras una oleada de risas, gritos y murmullos de borracho despedían al muchacho que, como una sombra, salió al exterior.

Hacía frío. El joven, totalmente vestido de negro, se arrebujó en su abrigo, cerró la puerta con un golpe seco, y, embutiendo las manos en los bolsillos, se alejó caminando por la oscura callejuela, al tiempo que comenzaba a interpretar una peculiar versión silbada de la canción Moon over Bourbon Street, de Sting. El muchacho sonrió para sí con una mueca cínica. «Vampiros», se dijo. «Interesante tema para una canción con una melodía tan romántica». Consultó su reloj. Las dos y media. Hora de volver a casa.Leer más »Relato corto: COLMILLOS DE FUEGO